Resulta un tópico afirmar que la violencia en Colombia es imparable, a pesar de diversos procesos de desmovilización en las últimas décadas y del acuerdo de paz celebrado con las Farc, pero lo más grave es que se ejerza contra quien no forma parte de los bandos en conflicto, o sea contra la población indefensa y desarmada.

Esta sección incluye por tanto, las afectaciones a la población, la situación de los líderes sociales y los desmovilizados resultantes de los procesos de paz o de leyes y políticas gubernamentales, sectores que de un modo u otro han sentido en carne propia los efectos de la violencia en diverso grado, no soloamente para los diirectos afectados sino también para sus familias y allegados.

En este espacio se trata de identificar y analizar  la presencia y relaciones del Estado con la sociedad, tanto en el ámbito nacional como regional., en cuanto hace a los factores políticos, económicos y sociales que inciden en la violencia.

Tiene particular importancia el estudio y el análisis de los factores regionales en los que diversos actores armados defienden sus intereses o buscan alcanzar el predominio sobre los demás, en ocasiones mediante alianzas con sectores económicos y políticos y tambien de autoridades civiles y militares.

Además de la denuncia, de la comunicación de la dura realidad que nos aqueja, es esencial crear espacios para impulsar y apoyar alternativas que desde diversas comunidades, desde varios grupos y poblaciones, con vinculación de gestores de buena voluntad nacionales e internacionales, se vienen construyendo para hacer frente a la violencia.

Estos esfuerzos y procesos existen desde hace mucho tiempo y muchos han naufragado en medio de la indiferencia estatal o ciudadana o bajo el yugo de los enemigos de esos procesos que cuentan con recursos de toda índole y con armas para hacerlos naufragar. Por ello, más que nunca es fundamental una red de apoyo ciudadano, objetiva e imparcial que sirva de apoyo básico a todas estas alternativas en el país.

En el contexto de las colaboraciones con las que puedan contribuir al proyecto diversos participantes del quehacer nacional e internacional, vale la pena clasificar en una categoría aparte los aportes dirigidos a presentar visiones, propuestas y alternativas de solución de raíz de los problemas de la violencia en nuestro país, tanto desde el ámbito local, como del regional y el nacional.

Hay que tener en cuenta que los cambios y transformaciones necesarios abarcan tanto el pensamiento como la acción de los diferentes actores del quehacer colombiano, lo que incluye, al fin de cuentas, a toda la población.

Los aportes para la defensa de la vida y la reconciliación desde la prespectiva de género, resultan fundamentales porque invitan a reconocer la importancia de la participación de la mujer, lo que a su vez pone en primer lugar de relevancia la superación de los actos de violencia que sufren las mujeres, tanto físicos como psicológicos, así como la superación de los prejuicios y de la cultura machista y paternalista dominante.

La importancia de la defensa de la vida humana incluye necesariamente, la defensa de todas las formas de vida sobre el planeta, puesto que depende de ellas, para su preservación y calidad.

Por tanto la protección y cuidado de la enorme riqueza de nuestra biodiversidad, que resulta afectada directamente por las formas de violencia contra la vida humana en nuestro país, resulta ser una prioridad que no puede dejarse de lado en el contexto de nuestro proyecto.